Las dificultades de aprendizaje.
Que nuestros hijos obtengan resultados por debajo de lo esperado no tiene por qué deberse siempre a que no se esfuercen lo suficiente o a que no tengan capacidad para alcanzar los niveles esperados. Pueden ser muchas las causas y la mayoría de ellas resultarnos desconocidas; queremos ayudar a nuestro hijo y no sabemos cómo.
Hoy queremos hablaros de una de las causas posibles y poco conocida: las dificultades en el aprendizaje. ¿Qué significa esto? Pues que teniendo nuestro niño una inteligencia considerada normal, dentro de la media, puede no estar preparado para la adquisición de determinados aprendizajes debido a retrasos en la maduración de desarrollos psicológicos y/o neurológicos. Son problemas en el aprendizaje con diferentes orígenes, manifestaciones y necesidades en cuanto a la respuesta educativa que requieren.
Son más comunes de lo que pensamos, suelen afectar a determinados aprendizajes escolares como por ejemplo la lectura, la escritura o las matemáticas y provienen generalmente de que el niño no haya madurado en alguno de los procesos psicológicos básicos del aprendizaje:
Memoria: los niños que sufren este tipo de dificultad rinden por debajo de sus posibilidades porque tienen dificultades en producir y usar estrategias de aprendizaje: selección, organización, elaboración, retención y transformación de la información relevante. Por ejemplo pueden mostrar dificultad en la adquisición de reglas ortográficas, en comprensión lectora, en razonamiento matemático, etc.
Atención: afecta principalmente a la atención sostenida, esto significaría una dificultad en la concentración para realizar una tarea sin que les afecten estímulos externos. Los niños con retraso madurativo de la atención suelen además presentar dificultades en el registro sensorial, memoria de trabajo y a largo plazo y organización del conocimiento.
Percepción: Los retrasos en el desarrollo de la maduración perceptiva y motriz pueden afectar al aprendizaje de la lectura, por ejemplo, cometiendo inversiones (confusiones de letras, b por d, por ejemplo). Además el retraso puede ser en el desarrollo de los procesos psicolingüísticos básicos de recepción, organización y expresión que afectan a la discriminación e integración visual y auditiva, etc.
¿Cómo podemos ayudarle?
Como padres, nuestro papel es fundamental:
Realizarle una valoración psicopedagógica es clave y el punto de partida para conocer sus dificultades. Cuanto antes se realice la valoración psicopedagógica antes se podrán establecer las acciones necesarias: redefinir pautas educativas en la escuela y en casa, ofrecer apoyo psicopedagógico al niño en caso de que sea necesario, ofrecerle estrategias de inteligencia emocional…
Y sobre todo tenemos que demostrarle nuestro cariño. Los resultados académicos son importantes pero desde casa podemos hacer que su autoestima no se vea afectada: hablar con él, no hacerle sentir culpable, ayudar a que no se desanime y sepa que puede contar con nuestro apoyo es el pilar fundamental para crear en nuestros hijos un buen autoconcepto y una personalidad fuerte.
