Los retrasos madurativos son muchas veces las causas de la aparición de Dificultades de Aprendizaje. Hacen referencia a un retraso en el desarrollo de aspectos neurológicos (hemisferios cerebrales) y/o psicológicos (atención o procesamiento activo y espontáneo de la información).
Cuando hablamos de “madurez”, nos referimos a una condición dinámica que depende de características neurológicas, neuropsicológicas y psicológicas del niño, y, con menos importancia, también depende de los entornos familiar y escolar. Es decir, se entiende que el niño está maduro para afrontar un aprendizaje, cuando está en condiciones de llevarlo a cabo con facilidad, eficacia, y sin tensiones emocionales, y cuando la escuela también se encuentra con la preparación para afrontar el proceso de enseñanza.
La edad es el indicador fundamental del grado de maduración o de disponibilidad alcanzado. Se utiliza como criterio discriminante para determinar si es el momento en el cual un aprendizaje debe o no iniciarse. Si el niño no está preparado o maduro para afrontar el aprendizaje puede llevar a situaciones poco favorables. Por ejemplo, si intentamos enseñar a un niño a leer antes de que esté maduro para ello, podemos encontrarnos con dificultades incrementadas posteriormente para esta tarea, así como con problemáticas emocionales y motivacionales en el niño.
Las dificultades de aprendizajes originadas por retrasos madurativos, conllevan una diferencia de maduración de entre 2 y 4 años respecto al resto de los niños. Éstas dificultades normalmente se van superando, igualando su maduración al resto hacia la adolescencia.
En la etapa infantil, las dificultades de aprendizaje se relacionan con las facetas que se desarrollan antes: sensoriomotricidad, coordinación visomotriz, discriminación perceptivo-visual, etc. Por otro lado, en la edad escolar, se asocian a procesos que evolucionan más lentamente: el lenguaje, la conceptualización, etc, que están relacionadas con la comprensión lectora.
Los niños con dificultades de aprendizaje prefieren muchas veces relacionarse con otros niños más pequeños que no presentan dificultades.
La estimulación en el hogar es muy favorecedora para paliar las dificultades de aprendizaje. La cantidad y la calidad son factores determinantes cuando se lleva a cabo.
